Garabatos Aprendizaje Vivo y Activo Melilla,
Paseo Marítimo Francisco Mir Berlanga

He tenido la suerte de que mi hija haya podido pasar los primeros años de su desarrollo en Garabatos, hasta los seis años. Un espacio donde se ha respetado el desarrollo de la niña, sus necesidades, no sólo de aprendizaje, también las afectivas, porque mi hija aprendió a leer y escribir, pero lo aprendió divirtiéndose, con curiosidad, con libertad y con mucha autonomía gracias a la metodología Montessori y a las acompañantes. También aprendió a respetarse a si misma y a los demás...
Leer reseña completa, aprendió que sus necesidades son importantes y las de los otros también, aprendió que ayudar a los demás le hace feliz, que es única y especial, como todos y cada uno de sus compañeros, aprendió que todas sus emociones son válidas y recibidas con amor… la lista es interminable… Siempre agradecida

Garabatos ha sido el lugar más especial en el que ha aprendido mi hija. El personal que trabaja alli está altamente cualificado y especializado en pedagogías alternativas, por lo que el constructivismo, tan en auge en la actualidad en nuestro sistema educativo, no tiene mucha cabida en un espacio como GARABATOS. En él, se respetan los diferentes ritmos de aprendizaje de cada niñ@ y se cuida mucho su desarrollo emocional. Los peques aprenden divirtiéndose y no haciendo tareas tediosas. Siempre estaré agradecida por el tiempo que mi hija pasó en Garabatos, y me hubiera encantado que pudiera haber seguido disfrutando de sus métodos durante la educación primaria. De corazón, muchísimas gracias por todo.

Garabatos es un centro maravilloso que cuenta con personas más que cualificadas. Su base es el amor y respeto hacia nuestros hijos. Les enseñan a confiar en ellos mismos y desarrollar su autonomía (cosa que por desgracia los padres a veces no le damos importancia). Le dedican a cada niño su tiempo para que vaya desarrollando destrezas, sin prisas. Mi hijo estuvo allí y todo lo que aprendió le servirá como base para toda su vida. Solo tengo buenas palabras para ellas y agradecimiento. No es un centro caro, tiene la misma cuota que otras guarderías privadas de la ciudad, teniendo en cuenta lo que ofrecen y que es el único centro en Melilla que utiliza esa pedagogía.

Cuando por primera vez tuve la oportunidad de entrar en Garabatos, pensé que era el ambiente ideal para mi peque. En realidad, pensé que también a mí me hubiera encantado crecer en este espacio cálido, mágico, frente al mar. La cosa más bonita ha sido que la buena vibración positiva que tuve el primer momento se consolidó con el tiempo y puedo decir que la elección de Garabatos ha sido, con diferencia, la mejor decisión que he tomado a lo largo de m vida relacionada con la educación...
Leer reseña completa de mi peque. El espacio es muy acogedor y es un ambiente que deja afuera el adultocentrismo: todo está creado alrededor de la infancia, pensando en su bienestar y crecimiento, pero también en su felicidad. Los materiales de maderas invitan a descubrir cualquier objeto, todo el material didáctico está al alcance de la infancia y esto permite fomentar la curiosidad de niñas, niños y niñes. Asimismo, los objetos pedagógicos con que juegan están elegidos en modo muy cuidado y desde el cariño: todo ha sido pensado en modo profundo. La calidez y calidad del ambiente se respiran al entrar en el espacio, desde la primera mirada. El personal que trabaja en Garabatos es altamente especializado en diferentes metodologías de aprendizaje que abarcan desde el método Montessori y Waldorf. El elemento más sorprendente es la capacidad que tiene el personal de aplicar los diferentes métodos en el día día: con amor, paciencia, y respeto. He sentido en todo momento que las personas que han cuidado de mi peque lo han hecho desde un cariño tan profundo y desde un respeto hacia la infancia que han sido únicos. Hasta hoy sigo pensando que han sido las mejores profesionales en el ámbito de la educación que he conocido en toda la vida. De hecho, el trato que mi peque ha recibido ha sido exquisito, tan maravilloso que las personas que lo han acompañado en este proceso educativo siguen siendo para mi peque referentes. Además, durante todo este tiempo, mi pareja y yo hemos recibido sugerencias, consejos y aprendizajes gracias a la escuela para familias. Nunca me he sentido sola en la difícil tarea de madre, siempre he podido contrastar mis emociones y mis dudas con el personal que trabaja en Garabatos, que ha estado siempre a la altura con crece. Todo este bagaje de conocimientos que ha puesto en marcha el ambiente de Garabatos se ven reflejados en la que es la persona más importante de mi vida: mi peque. Ha aprendido a ser una persona tierna, capaz de expresar de sus emociones, pero, lo que es más sorprendente, es que sabe hablar sobre ellas, reflexionar sobre las razones por la que se siente en un determinado modo. Esta capacidad es maravillosa porque es la base de una buena vida emocional y es algo que se llevará toda su vida. Gracias a todo lo que ha aprendido en este espacio es una persona feliz, alegre, extremadamente sociable, inteligente y con capacidad crítica, que sabe respetar y cuidar de su persona y de las personas a su alrededor. Además, gracias a Garabatos ha descubierto la que es su gran pasión: la música. Gracias a las acompañantes de este espacio educativo ha sido capaz de detectar y cultivar su talento y amor por la música, que permea gran parte de sus actividades lúdicas. Ha aprendido el valor de tocar, equivocarse y nunca perder la joya que nace del lenguaje musical. Cuando veo la alegría, inteligencia emocional, ternura de mi peque pienso que otro mundo es posible, pienso que la educación es transformadora, que permite generar nuevas gramáticas de las emociones, nuevas narrativas y nuevos horizontes donde una infancia feliz, respetuosa, emocionalmente consciente puede enseñarme a ser una persona adulta mejor. Garabatos ha sacado lo mejor de mi misma, como madre, de mi peque y de mi pareja, y no hay palabras que puedan reflejar todo el trabajo desarrollado por este maravilloso entorno. Me ha permitido conocer, entender y educarme en la difícil tarea de la maternidad. Garabatos es un lugar especial, mágico, fresco, único, donde se dibujan nuevos mundos gracias a la profesionalidad del personal y su capacidad de sacar lo mejor de la infancia.

Garabatos para nosotros ha sido una experiencia inolvidable. Me gustaría dar las gracias a las acompañantes que en todo momento han apoyado a nuestras hijas durante el tiempo que estuvieron allí y que incluso después de terminar su etapa en el centro han seguido ayudándonos cuando las hemos necesitado. Han sido unos años maravillosos en los que han aprendido empatía, han ganado confianza en sí mismas, las han acompañado siempre desde el máximo respeto. Al pasar a un centro público lo...
Leer reseña completa han hecho preparadas con muy buen nivel y sobre todo entienden las cosas que siguen aprendiendo y si se plantean dudas, con curiosidad las intentan entender, aprenden a su ritmo como allí les enseñaron, se muestran independientes para resolver problemas o para realizar actividades, sin espontáneas, juegan felices sin depender de pantallas o móviles, les encanta ayudar a preparar desayunos o meriendas, se acercan a consolar a otras personas cuando observan que lo pueden necesitar... Nosotros sólo guardamos buenos recuerdos del centro, aprendimos mucho con las herramientas que nos dieron y sabemos que aún tenemos que seguir aprendiendo por el bien de nuestras hijas,... Lo más importante, el amor con el que cuidan de nuestros niños allí, porque para ellas lo primero son los niños, y cuando se aprecia alguna cosa a mejorar, siempre están dispuestas a hacer cambios y agradecen nuestras aportaciones. Es un lugar vivo, cambiante, alegre, cálido y respetuoso. Sus métodos de enseñanza son muy recomendables ya que cada niño aprende a su ritmo, aprovechando los momentos de máximo interés o curiosidad, aprenden con el ejemplo y de manera lúdica pero sobre todo entienden lo que aprenden. Sus queridas acompañantes gracias a su buen hacer y profesionalidad, han dejado buenas semillas en su corazón y en su cerebro, que han dado y seguirán dando sus frutos allí donde vayan. Un saludo afectuoso siempre, gracias por tanto y espero que nos sigamos viendo.